Desde su creación en 2012 para coincidir con la profecía del apocalipsis según el calendario maya, Day Zero ha sido un evento anual que desafía las expectativas. Fundado por el renombrado DJ Damian Lazarus, este festival ha evolucionado durante 14 años manteniendo su fuerza y relevancia, a pesar de que el mundo no haya llegado a su fin, al menos no completamente.
Ubicado en lo más profundo de la jungla cerca de Tulum, un sitio de gran importancia arqueológica en México, Day Zero ha mantenido su conexión con la naturaleza y la cultura local desde sus inicios. Damian Lazarus, inspirado por la mística de la zona y su larga historia de peregrinaje espiritual, decidió establecer este festival en un lugar que capturara la esencia de la belleza natural y la energía ancestral.
Tulum, con su combinación de ruinas mayas y playas prístinas, ofrece el telón de fondo perfecto para Day Zero. El compromiso con la sostenibilidad es fundamental para el festival, con iniciativas que van desde la limpieza de playas hasta la reforestación y la conservación de la jungla circundante.
Una parte integral del festival es su interacción con la comunidad local, incluyendo colaboraciones con la comunidad indígena maya y programas de música para niños. Esto no solo enriquece la experiencia del festival, sino que también fortalece los lazos con la tierra y la gente que lo rodea.
Day Zero no es solo un festival de música electrónica, es una experiencia sensorial que abarca la música, el arte y la cultura. Con tres escenarios distintos que ofrecen una amplia gama de géneros y talentos, el festival celebra tanto artistas internacionales como locales, ofreciendo una plataforma única para la escena musical mexicana en crecimiento.
El escenario “El Teatro”, curado por el DJ y productor Metrika, destaca la diversidad y la innovación de la escena musical mexicana, desde el house hasta el techno, fusionando elementos tradicionales con sonidos contemporáneos.
La música, la naturaleza y la cultura se entrelazan en Day Zero, creando una experiencia que trasciende las expectativas de un festival convencional. Con su duración épica que abarca desde la tarde hasta el amanecer, Day Zero es más que un evento, es una celebración de la vida, la música y la conexión humana en un mundo que sigue girando, a pesar de las predicciones del pasado.
